MANNUEL PURGA
facebook.com/AYAHUASCA: LA SOGA DESATADA
facebook.com/JUMA STUDIO
About
Twenty years ago I took Ayahuasca for the first time, with no more knowledge of the subject than a small reference. And she was really small, very small.
I had two exceptional ayahuasqueros teachers, Don Ignacio D. and Don Antonio M., whom I joined for many years. They, each in their own way, not only taught me how to handle this wonderful plant, they instilled in me the respect for their respective traditions and the passion of "giving" to others. There were other teachers of whom I assimilated much, not only ayahuasqueros: naguales, Buddhists, free thinkers, psychologists.
What I learned together with them, as well as what was transmitted directly by Mother Ayahuasca and my own experience in hundreds of ceremonies, form the basis of my conception in the use of this Master Plant and in the guiding of the ceremonies with it
WHY WE DRINK AYAHUASCA
We take Ayahuasca to cleanse ourselves. To clean the heavy past that lastra and its deep traces, with which the personality was formed. To cleanse the energy that constitutes the Being beyond the body and the channels through which it circulates, saturated by the low vibrations of doubt and fear. Clear the mind of the interferences of the ego, of the conditioning. Clean up all that and more. "There are those who say this and some said this. "We take Ayahuasca to heal us. To heal the evils of the body, so often generated by attitudes and resentments. Curing relationships based on edited, deformed memories. Heal feelings that infect pain and guilt. Heal forgiving. "Many think this, several do not. "We take Ayahuasca to free us. Freeing the attention of the chains of the judgment of others, which brings as a sentence to be guilty or insufficient. Liberate feelings, retained by the learned custom of expressing what is not. Liberate the transcendent Self over matter and concepts. To liberate the freedom of the Being, so longed for, so sought after. "It is more and more to those who impel this or the whole of everything exposed. A few, more and more, we see the trap built by such good intentions. Judging that which forces us to change as bad, disposable, limiting, execrable, carries with it the lack of humility translated into pride, from which, that which should have been overcome takes control. And so, you get to move the dirt from one side to the other without cleaning, sell uninfected infected wounds or continue to yearn for freedom. Too many take Ayahuasca satisfying the ego, without knowing it. And because there are too many, those who already pass through that we do not give in the attempt to warn, who wants to hear, about all this.
Whatever your reason for approaching Ayahusaca, remember one thing, she will bring to light those things that are killing you in life, and it may not lead you to face only what you hoped for.
WHY I DRINK AND I GIVE AYAHUASCA
Those who know me well know that I tend towards Jiddu Krishnamurti and Carlos Castaneda in relation to the liberation of conditioning as a fundamental basis for awareness and inner growth, although I do not share all the foundations exposed by both people nor take their dictations As dogmas.
I take and I give Ayahuasca to others because I have found in this ancestral medicine a way of using it aimed at promoting the destructuring of everything that prevents us from recognizing ourselves as we really are. I refer here to the social, cultural, and family conditions, all that limits and restricts, imposing concrete forms of thinking, attitude and action. These conditions are grounded in fear; Fear not to be accepted by others if we do not meet their conditions. This makes us, unconsciously, live permanently fearing to be misunderstood, rejected, but above all that we live dissatisfied, since each of us is unique, so nobody fits exactly in the conditions or molds that impose us.
The ceremonies that I make with Ayahuasca, directed in this sense, make us recognize the above, not only in an intellectual way, as we could do through an analysis or a conversation with a therapist, but also in a experiential and emotional way, feeling it. It is so, when we come to that level of deep recognition, that we can actually act accordingly.
Ayahuasca is definitely not the only tool to use, but it is the one I know the best and with which I know I can help those who seriously commit to take the definitive step to change their life
Presentación
Hace veinte años tomé Ayahuasca por primera vez, sin más conocimiento del tema que una pequeña referencia. Y en verdad era pequeña, muy pequeña.
Tuve dos maestros ayahuasqueros excepcionales, Don Ignacio D. y Don Antonio M., a los cuales me vinculé por largos años. Ellos, cada uno a su forma, no sólo me enseñaron el manejo de esta maravillosa planta, me inculcaron el respeto por sus respectivas tradiciones y la pasión de “darse” a los demás. Hubo otros maestros de los cuales asimilé mucho, no sólo ayahuasqueros: naguales, budistas, libre pensadores, psicólogos.
Lo aprendido junto a ellos, así como lo transmitido directamente por la Madre Ayahuasca y la propia experiencia en cientos de ceremonias, constituyen la base de mi concepción en el uso de esta Planta Maestra y en el guiado de las ceremonias con ella
PARA QUÉ TOMAMOS AYAHUASCA
Tomamos Ayahuasca para limpiarnos. Limpiar el pasado pesado que lastra y sus profundas huellas, con las que se dio forma a la personalidad. Limpiar la energía que constituye al Ser más allá del cuerpo y los canales por los que circula, saturada por las bajas vibraciones de la duda y el temor. Limpiar la mente de las interferencias del ego, de los condicionamientos. Limpiar todo eso y mucho más.” Hay quienes dicen esto y algunos dijimos esto. “Tomamos Ayahuasca para curarnos. Curar los males del cuerpo, tantas veces generados por actitudes y resentimientos. Curar relaciones basadas en recuerdos editados, deformados. Curar sentimientos que infectan de dolor y culpa. Curar perdonando.” Muchos piensan esto, varios ya no lo hacemos. “Tomamos Ayahuasca para liberarnos. Liberar la atención de las cadenas del juicio ajeno, que trae como sentencia el ser culpable o insuficiente. Liberar los sentimientos, retenidos por la costumbre aprendida de expresar lo que no se es. Liberar el Yo trascendente por sobre la materia y los conceptos. Liberar la libertad del Ser, tan ansiada, tan buscada.” Son cada vez más a los que les impulsa esto o el conjunto de todo lo expuesto. Unos cuantos, cada vez más, vemos la trampa construida por tales buenas intenciones. El juzgar aquello que nos fuerza a cambiar como malo, desechable, limitante, execrable, lleva consigo de la mano la falta de humildad traducida en soberbia, desde la cual, aquello que debió ser vencido retoma el control. Y así, se llega a mover la suciedad de un lado a otro sin limpiar, se vendan heridas infectadas sin curar o se continúa anhelando la libertad. Demasiados toman Ayahuasca satisfaciendo al ego, sin saberlo. Y por que son demasiados, los que ya pasamos por eso no cedemos en el intento de advertir, al que quiera escuchar, sobre todo esto.
Sea cual sea el motivo por el que te acerques al Ayahusaca recuerda una cosa, ella sacará a la luz aquellas cosas que te están matando en vida, y quizá no te lleve a enfrentarte solo a lo que esperabas.
PORQUÉ TOMO Y DOY AYAHUASCA
Los que me conocen bien saben que tiendo hacia Jiddu Krishnamurti y Carlos Castaneda en lo referente a la liberación de los condicionamientos como base fundamental para la toma de conciencia y el crecimiento interior, aunque no comparto todos los fundamentos expuestos por ambas personas ni tomo sus dictados como dogmas.
Tomo y doy Ayahuasca a otros porque he encontrado en esta medicina ancestral una forma de usarla dirigida a propiciar la desestructuración de todo aquello que nos impide reconocernos como realmente somos. Me refiero aquí a los condicionantes tanto sociales, culturales, como familiares, todo aquello que limita y restringe, imponiendo formas concretas de pensamiento, actitud y acción. Dichos condicionantes están cimentados en el temor; temor a no ser aceptados por los demás si no cumplimos sus condiciones. Esto hace que, de forma inconciente, vivamos permanentemente temiendo ser incomprendidos, rechazados, pero sobre todo que vivamos insatisfechos, ya que cada uno de nosotros es único, por lo que nadie encaja exactamente en los condicionantes o moldes que se nos imponen.
Las ceremonias que hago con Ayahuasca, direccionadas en este sentido, hacen que reconozcamos lo expuesto anteriormente, no sólo de manera intelectual, como podríamos hacerlo mediante un análisis o una conversación con un terapeuta, sino también de forma vivencial y emocional, sintiéndolo. Es así, cuando llegamos a ese nivel de reconocimiento profundo, que podemos actuar realmente en consecuencia.
Definitivamente el Ayahuasca no es la única herramienta a usar, pero es la que mejor conozco y con la que sé que puedo ayudar a quienes se comprometan seriamente a dar el paso definitivo para cambiar su vida